Por EM
“Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré.” Isaías 46:4
LA ABUELITA:
Iba en mi auto y
veo a una abuelita caminando solita con su bolsita de género verde del pan y
del pancito de margarina Soprole para la once de las seis. Y también un poquito
de queso, ya que recibió su reducida pensión.
Me detengo y
desde lejos observo y reflexiono sobre esta abuelita caminando a paso lento y
sobre la vejez.
La abuelita iba caminando
muy lentamente hacia su residencia. Cada paso lento de ella y su mirada hacia
el suelo era un recuerdo: del pasado, de las lágrimas, de una sonrisa, del
compartir junto a toda su familia. Y también de ese marido e hijo que ya no
están.
La soledad junto a un gato blanco con manchas negras era la fiel compañía de esa abuelita de baja estatura y con su bufanda marrón hilachenta que le regaló su viejo amado que ya partió.
SOCIEDAD E
IGLESIA:
Una gran parte de la sociedad y de la iglesia se despreocupa en variados aspectos de los adultos mayores y ancianos. Obviamente, hay una parte de la sociedad y de la iglesia que sí lo hace.
OBJETIVO DE ESTA
REFLEXIÓN:
Esta reflexión es para preocuparnos por los adultos mayores y ancianos. Por las viudas. Por las hermanas separadas. Por los que viven solos o solas. Por los enfermos. Por los postrados. Por los hogares de ancianos. Por los huérfanos.
VALOR CREACIONAL:
Cada ser humano es importante. Cada uno tiene su valor. Cada uno es una piedra preciosa en las manos del diseñador y creador, Dios.
EN CRISTO:
El valor del ser humano es inmensurable. Los adultos mayores y ancianos son preciados y valorados en Él. La edad, las limitaciones y los problemas no son obstáculos para que el Dios vivo pueda hacer en ellos grandes instrumentos de valor y usarlos magistralmente para su reino. ¡Ellos siempre pueden, en Cristo, dar un paso más a pesar de todo! ¡No hay limitaciones!
HONRAR:
A los adultos mayores y ancianos. Con respeto. Con cariño y un abrazo. Un rico té con torta. Un regalo. Una llamada por teléfono. Una visita con algo en la mano. Preocupación por ellos. Tratarlos con delicadeza. Darles un billetito de dinero. Un chocolate Trencito. Pan calentito recién salido del horno. Algún remedio que les falte. Etc.
INICIATIVAS:
Crear o consolidar instancias para los adultos mayores. Charlas o clases especiales. Un espacio para la recreación y baile sano. Una tarde de té con queque casero. Una salida de paseo. Un tango al atardecer.
SERVICIO A DIOS:
Darles espacios a los adultos mayores y ancianos para servir a Dios, para que se sientan importantes a pesar de la edad o sus limitaciones: Orando, intercediendo, animando, visitando hospitales, cárceles y hogares de todo tipo. Dando charlas. Contando historias de sus vidas. Que sirvan a todos. No hay limitaciones en Cristo.
TÚ, YO Y TODOS:
Cuidemos la
salud. Perdonemos para no enfermarnos antes de tiempo. Disfrutemos de Dios y de
la familia. Leamos y caminemos. Bailemos y tomemos agüita de yerba.
En Cristo hay
esperanza para todos. Que ningún adulto mayor o anciano se sienta solo.
Demos importancia y posibilidad para que los adultos mayores y ancianos puedan soñar nuevamente. Que nunca pierdan este sueño de disfrutar la vida esplendorosamente una vez más. Que ellos sepan que siempre hay "El último tango en París".
“Sacarle una
sonrisa a un adulto mayor o anciano es una tarea diaria. Cristo estará
agradecido eternamente de nosotros.”
“La cabeza canosa
es corona de gloria, y se encuentra en el camino de la justicia.” Proverbios
16:31
“En los ancianos
está la sabiduría, y en la largura de días el entendimiento.” Job 12:12
“Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré.” Isaías 46:4
Bendiciones
Enrique Martínez
Chile
https://elhermanoenrique.blogspot.com/
16/8/2020
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